La pobre perrita estaba aterrorizada, llevaba mucho tiempo aguantando malos tratos de niños y pasando mucha hambre y sed. Costó mucho sacarla de donde estaba. Desde entonces, aunque con algo de miedo aún, sólo busca caricias. Es enormemente cariñosa, muy buena y no da un ruido.
Vilma ha dejado atrás su particular pesadilla diaria pero necesita una familia que sepa ver en ella la bondad que hasta el momento nadie vió, que la cuide, la quiera y la respete.
Si quieres darle a Vilma la felicidad que se merece escribe a: elarcadenoecordoba@gmail.c
ADOPTADA
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