Nuestro grandullón sigue en el albergue un año más, encerrado en una jaula de la que parece que no va a salir nunca, una jaula en la que se encuentra triste porque ve que nunca le llega su turno, el turno de irse adoptado.
Y a nosotros se nos rompe el corazón porque no podemos explicarle porqué nadie se fija en él, porqué nadie quiere darle una oportunidad, porqué él no puede también formar parte de una familia.
Se nos cae el alma al suelo cuando nos busca reclamando caricias y, sobre todo, cuando nos clava esa mirada triste, pidiéndonos ayuda.
Nuestro grandullón se merece un hogar, es mucho tiempo el que lleva encerrado, ya le toca, ya debe aparecer su ángel, sabemos que está en algún sitio.
Si eres tú la persona que puede salvar a Iker de pasar un año más en el albergue, escríbenos!!elarcadenoecordoba@gmail.com
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