Fue dificil rescatarla, desconfiaba de todo el mundo y se alejaba, asustada, con el rabo entre las piernas.
Pero un día por fin pudo ser rescatada y desde entonces no le ha vuelto a faltar el calor de una familia.
Ahora vive en una casa de acogida, se porta de maravilla, es muy cariñosa, hace sus necesidades fuera y se lleva genial con otros perros.
Es un encanto de perrita, creemos que no llega al año de edad, y busca un hogar definitivo, donde nunca vuelvan a deshacerse de ella.
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